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Paradójicamente, cuanto más pobre sea el término que tienen de sí, cuanto menos autoestima tengan estas personas, menos respeto y admiración inspiran a el resto, facilitando de esta forma un círculo vicioso.
Enfermedades tan temibles como la tuberculosis, la viruela o la poliomielitis, fueron superadas hace más de cincuenta años. Sin embargo, las disfunciones sexuales siguen minando la calidad de vida de la población.
Las noticias sobre el medicamento llamado Truvada han sacudido la red en los últimos meses debido a su supuesto desafío al empleo del preservativo como el principal elemento que evita el contagio del Sida.
En Buenos Aires también. Intrigado, como vos, por estar escribiéndote. Los caminos pasan más cerca de lo que a veces uno imagina. Los corredores del ciberespacio son extensos y también intrincados, uno aparece y desaparece sin dejar indicios. Ojalá prosiga sintiendo tu presencia invisible, prácticamente onírica.
Los ligues en el chat no te los puedes tomar de verdad. Son ligues que salen y ya está. Las llamas cibernovias mas no pasan de ahí. No sabes como son, ni sabes nada de ellas. Yo tengo 3 o bien cuatro. Les cuento como soy, les digo la verdad y sé que se la digo, pero no sé si me creen.
(Nota: voy a estar utilizando seguido el término timorato así que lo voy a definir de una vez, en el sentido en el que me refiero, a fin de que no haya malentendidos: Timorato: Dicho de una persona, que es tímido, titubeante, débil y poco masculino.)
¿Exactamente en qué aspectos no hago feliz a quien está junto a mí? ¿Me comporto delicadamente en la Intimidad? ¿Quizá actúo con demasiada pulcritud? ¿Está el término ternura incorporado dentro de mis actitudes y léxico? ¿Pienso en el bienestar de los dos cada vez que debo tomar una decisión?
La escultura que se encuentra en la Plaza del Ángel es una copia efectuada por Ángel Ferrant en 1966; la culpa del sartenazo es de Felip Ros, que creó la obra en 1618, pero se lo perdonamos pues hizo preciosidades como esta.
Las ansias y el deseo de conocer a alguien nos hace utilizar otros medios para acrecentar nuestro rango de amigos….aumentarlos en kilómetros, cuando es posible que nuestro amor perfecto esté a la vuelta de la esquina y no obstante nos queremos ir a conocer a la gente que está lejana a nosotros.
Ciertos procuran reavivar el fuego de su deseo por un objeto romántico, ya inútil de provocarles ninguna pasión, a base de encontrar supuestos contrincantes o bien generar la envidia en otros como es el caso del eterno marido de Dostoievski o bien del curioso impertinente de Cervantes.
