Tenga presente que, si está interesado en alguna de estas cosas, no juzgue, tu lo haces
A Marcos lo conocí en la primavera del 2003 en Barcelona. Fue en casa de una amiga común, a lo largo de una celebración en la que celebraba su trigésimo cumpleaños. Enormemente atractivo y educado en sus formas, tenía un aire de melancolía que lo hacía singularmente apetecible.